Agenda tu cita en CDMX ó COMPRA EN LÍNEA, el envío a todo México es GRATIS a partir de $ 1,699

Empezamos siendo semillas en el corazón del otro

Papá, Psicoterapeuta y cofundador de Cunas Colecho México.

Eduardo Galeano escribe que somos seres narrativos, y es mirando con ojos de narrador que podemos darle significado a nuestra vida.

Soy Mauricio Villa, me encanta contar historias desde siempre, así que me di a la tarea de escribir a manera de presentación sincera, un breve texto sobre cómo se ha ido tejiendo mi vida hasta el cambio más profundo en mi: La paternidad.

Nací en la ciudad de México, crecí en un hogar con tres generación de madres solteras, ya que por distintas razones los padres de la familia decidieron que su lugar estaba en otro lado.

Recuerdo que cuando era un niño no mayor a 6 años, me dedicaba a contarme historias que me presentaban como el héroe que rescataba a mi familia y amigos de cualquier situación que se hospedara en mi imaginación, eran los años 80’s. Después, en mi adolescencia fui desarrollando el interés por escuchar historias de vida de viva voz de las personas con que platicaba, y me involucraba con la curiosidad más profunda. Más adelante, al terminar la preparatoria tomé la decisión de estudiar psicología.

Algo muy curioso que debo mencionar es que terminando la licenciatura me dediqué por muchos años a hacer televisión y publicidad, es decir, volví a contar historias.

Después de más de 12 años de trabajar en televisión ¡ Recibí la noticia de que sería papá!. Desde ese mismo instante cambió mi vida, sabía que de ahora en adelante por fuera sería la misma persona pero en mi interior había un verdadero caos.

Añado una reflexión mía:

“Elige desde el corazón y no sentirás que la vida te transforma, simplemente vivirás y crecerás de acuerdo a tus valores”.

Bueno, volviendo a mi historia…

Cuando nació mi primer hijo, supe que quería encargarme de la crianza de mis hijos, no quería delegarlo a nadie más… No me quería perder nada. Así que tomé postura sobre mi decisión y pensé en soluciones laborales que me permitieran vivir cada momento de la infancia de mis hijos; esto, al lado de mi esposa… No pedía casi nada, dos padres entregados a la crianza sin tener una cuantiosa herencia ¡ Eso si que son deseos más que soñadores!.

Esto no significaba que quería deshacerme de mi vida pasada, amaba y sigo amando la publicidad y la televisión, pero los horarios en esta profesión son muy complicados, eso no me permitiría organizarme para poder vivir cada sonrisa de mi primer hijo, ó estar con él cuando comenzara a comer sólidos, sus primeras palabras… sus primeros pasos.

Les comparto que tomar una decisión de ese calibre, ha sido casi como lanzarme del trampolín de 10 metros, sabiendo que abajo hay una piscina inflable.

Obviamente, algunos amigos preocupados por nuestro futuro trataron de advertirnos que era una locura cambiar de rumbo laboral con un bebé, mencionaban que nuestro hijo no tenían una discapacidad que nos obligara a estar al lado de él, y que aún así no podríamos estar los dos tan involucrados en la crianza de nuestros hijos. Además mencionaron que los haríamos muy dependientes de nosotros… Afortunadamente, estos “consejeros” hoy saben que no ha sido fácil, pero sigue siendo una experiencia hermosa.

A propósito de esto, afortunadamente a mi esposa se le ocurrió una idea genial. Mi compañera de vida quería tener a nuestro bebé a su lado para darle una lactancia exitosa, y el sólo hecho de imaginar que nuestro hijo no estaría al lado de nosotros durante la noche, nos llevó a pensar en una cuna que se pegara a la cama… para que nuestro bebé durmiera a nuestro lado pero en su propio espacio. Otra ventaja que pensamos, era que haciéndolo de esa manera, yo podría colaborar durante las noches en los cuidados de mi bebé cuando mi esposa estuviera muy cansada.

En México no existía la posibilidad de comprar una cuna con esas características… Así nace en 2015, de una necesidad genuina, nuestro bendecido negocio: Cunas Colecho México.

Pasito a pasito, iniciamos el negocio, los dos estábamos apostándolo todo… habría que conseguir capital para arrancarlo. Obviamente yo seguía trabajando, aunque trataba de que fuera lo más posible en casa, así que aprendí a delegar responsabilidades… pero también las ganancias. Fue una solución que nos permitía construir el negocio porque continuaba haciendo dinero, pero necesitábamos más para invertir… Así que tuve la maravillosa idea de retomar mi profesión como psicólogo estudiando para actualizarme… y no sólo eso ¡llegó nuestro segundo embarazo!.

Ahora necesitaríamos más tiempo para la crianza, para el negocio, para mis proyectos laborales, y para mis estudios ¡ Si que nos gustan las emociones fuertes !

Tengo que cortar hasta aquí para no hacer más extenso este artículo… Así que pronto publicaré la siguiente entrega.

Gracias por leerme. Un abrazo a todos

Dejar un comentario

Sale

Unavailable

Sold Out